Son
más de 700 las denuncias por asaltos en la calle y robos a edificios en Barrio
Norte que se realizaron en los últimos meses. Además existen acusaciones por la
instalación de narco-prostíbulos y delivery de drogas. El mercado de inmuebles también se
perjudica.
“Recoleta no está en
una situación de inseguridad, es mayor la sensación que las cosas que en
realidad suceden”, afirmaba en 2007 Ricardo Raúl Pedace,
comisario encargado de la Comisaría 17 perteneciente a ese barrio porteño[i].
Actualmente ni policías, comerciantes y vecinos de la zona pueden sostener esta
creencia. No sólo ellos son los afectados por la ola de delitos que se vive,
sino también el mercado inmobiliario se ve perjudicado.
“Hay dos segmentos
afectados en el rubro inmobiliario: el de los inversionistas, que está
paralizado en una situación de incertidumbre y el genuino, donde hay que dar
muchas explicaciones para poder concretar las operaciones ya que la gente está
confundida”, sostiene Aníbal Zappettini, socio de
J.Gancedo Propiedades, una inmobiliaria ubicada en Recoleta. A pesar de la
inseguridad actual que vive el barrio, Zappettini piensa que la calidad de vida
es diferente y por eso el metro cuadrado sigue siendo el más caro. Según una
investigación realizada por el Instituto de Economía de la Universidad
Argentina de la Empresa (UADE), Recoleta es el lugar más costoso para un
inquilino ya que por cada metro cuadrado se debe pagar $47,80 por mes.[ii]
Por
otro lado, son muchos los factores que hoy hacen del emblemático barrio un
territorio dudoso e inestable. En mayo de este año se dio a conocer en los
medios de comunicación el mapa de delito hecho por los habitantes de Barrio
Norte, donde se muestran cuatro “zonas rojas” marcadas por los asaltos con
armas, robos en edificios y venta y consumo de drogas. El presidente de la
Asociación Barrio Recoleta, Nelson Durisotti, explicó que “tres de esas zonas
ya aparecían en el mapa de junio de 2011: plaza Houssay, plaza Emilio Mitre y
la zona comprendida por el hospital Rivadavia, el colegio San Agustín y la
Biblioteca Nacional, y la nueva es la intersección de Avenida del Libertador y
Callao". Además de exigir al Gobierno porteño un plan de seguridad, aclaró
que han recibido numerosas denuncias relacionadas con departamentos privados
donde se ejerce la prostitución y lugares que funcionan como prostíbulos (Ver anexo 1).[iii]
A partir de esto, varios vecinos propusieron armar una asamblea en la parroquia Patrocinio de San José –que ya fue asaltada tres veces- para reflejar la experiencia del barrio y relacionarse con la gente para que se informe y denuncien los delitos. Estas convenciones se realizan cada quince días en el marco del grupo Recoleta Insegura, que surgió a partir de las denuncias realizadas vinculadas con los narco-prostíbulos del barrio. “Tenemos un respaldo muy importante del propio cardenal arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, que está apoyando este trabajo que tiene que ver con la inseguridad desde el punto de vista de crimen organizado y mafias, uniéndonos entre todos más allá de las diferencias religiosas o políticas”, explica Lucas Schaerer, periodista del diario digital Agenda Oculta, cuyo objetivo es “mostrar realidades que se ocultan o disimulan detrás de muchas de las verdades que nos ofrecen los grandes medios” y miembro activo de Recoleta Insegura (Verrecuadro 2).
No
obstante, al publicarse el mapa del delito la ministra de Seguridad Nilda Garré
dijo que “no es una zona de instalación del
narcotráfico” y que cree que “Recoleta no es un lugar especialmente
complicado en esa problemática”[iv].
Sin embargo, los vecinos no comparten
ese punto de vista. Julia Bustos vive hace diez años en Ayacucho al 900 y pudo
ver la transformación del barrio: cuando llegó era una cuadra tranquila, luego
fue testigo de la venta de droga en un
cyber-café y en el último año fue asaltada tres veces: “Los fines de semana y feriados son los días más peligrosos para andar
en la zona, los delincuentes aprovechan que hay menos movimiento y si te ven
solo no dudan en arrebatarte el celular, plata o lo que puedan”. En cambio,
una vecina de Guido y Junín, Valeria Taberner, vive una realidad diferente: “Vivo en el corazón de Recoleta, frente al
cementerio, hace cuatro años y nunca tuve problemas de inseguridad, es cuestión
de tener precaución acá y en cualquier lugar. Creo que se está exagerando la
situación cuando se habla de pánico en el barrio”.
A
pesar de que no todos los residentes vivan con miedo, las cifras son
alarmantes. Al carecer de datos oficiales, la Asociación Barrio Recoleta dio a
conocer su propia estadística: los hechos delictivos en los últimos cuatro
meses aumentaron un 38% en comparación con el año anterior, mientras que los
asaltos a comercios incrementaron un 78% (Veranexo 2). Mientras tanto, a pesar de que el gobierno de la ciudad incorporó
a la Policía Metropolitana en el sector para que se adhieran a sus pares,
Nelson Durisotti declaró que “hay una inteligencia que está teniendo la
delincuencia que no la están teniendo la Policía ni las autoridades para evitar
el delito”. El agente Luis Balena de la Comisaría 17 respondió a esta acusación
diciendo que los ladrones no tienen ni un cuarto de la inteligencia que tienen ellos
y que trabajan más horas ya que le acortaron los francos para poder incrementar
el personal policial en todo el barrio.
Lo
cierto es que, así como se multiplica la presencia de policías, los delitos
también crecen. Y no sólo los vecinos son los que tienen cuidarse, sino que
incluso el sector inmobiliario debe proteger su mercado. ¿Continuará esta
pesadilla que está viviendo Recoleta o se logrará, de a poco, que pertenezca al
pasado?
[i]
Entrevista publicada en la página Conozca Recoleta en el año 2007. (http://www.conozcarecoleta.com.ar/)
[ii]
El estudio se dio a conocer en marzo de 2012, en el cual se mostraron los
precios de alquileres promedio en las zonas más solicitadas por los inquilinos
de Capital Federal entre septiembre y noviembre del año anterior.
[iii]
Diario La Nación, 7 de mayo de 2012.
[iv]
Diario La Nación, el 8 de mayo de 2012.
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