La película Fair
Game, del director estadounidense Doug Liman, es un thriller político que
cuenta la historia de Valerie Plane, una agente de la CIA casada con un
diplomático, Joe Wilson, con quien tiene dos hijos. Los miembros de la agencia
deciden enviar a su esposo a Níger e Irak, donde su tarea es investigar una
supuesta transacción de componentes para
la construcción de armas nucleares. Gracias al conocimiento de Wilson sobre el
tema, puede llegar a la conclusión de
que las ventas no son existentes y es por eso que, tras enterarse que el
entonces presidente George Bush declaró la guerra contra Irak por la posesión
de armamentos, redacta una nota en un diario con el fin de juzgar la decisión
del mandatario. A su vez, mediante los medios de comunicación se difunde que
Valerie Plane pertenece a la CIA, razón por la cual deberá enfrentarse al
gobierno junto a su familia.
Los hermanos John-Henry y Jez
Butterworth fueron los encargados de escribir el guión del film e hicieron
posible que los diálogos no tengan términos difíciles de comprender y que las
escenas sean atrapantes. Tanto la reconstrucción del contexto histórico en que
trascurren los hechos como la gestión del presidente Bush, hacen que la
película sea dinámica y creíble. Otro de los aspectos para destacar es la
interpretación de los personajes a cargo del estadounidense Sean Penn (Joe
Wilson) y la australiana Naomi Watts (Valerie Plane), quienes logran que los
protagonistas sean reales y no fantasiosos.
El
objetivo de Fair Game, que está basada en hechos reales, es revelar los
misterios que hay que detrás de una persona que trabaja como espía. Asimismo,
se dan a conocer los manejos políticos que esconden las jefaturas y cómo a
través de los medios de comunicación se manipula la información. Es un thriller
recomendable, que cautiva al espectador desde el principio hasta el final.
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