lunes, 11 de junio de 2012

Reseña crítica: Fair game


La película Fair Game, del director estadounidense Doug Liman, es un thriller político que cuenta la historia de Valerie Plane, una agente de la CIA casada con un diplomático, Joe Wilson, con quien tiene dos hijos. Los miembros de la agencia deciden enviar a su esposo a Níger e Irak, donde su tarea es investigar una supuesta  transacción de componentes para la construcción de armas nucleares. Gracias al conocimiento de Wilson sobre el tema, puede llegar a la conclusión  de que las ventas no son existentes y es por eso que, tras enterarse que el entonces presidente George Bush declaró la guerra contra Irak por la posesión de armamentos, redacta una nota en un diario con el fin de juzgar la decisión del mandatario. A su vez, mediante los medios de comunicación se difunde que Valerie Plane pertenece a la CIA, razón por la cual deberá enfrentarse al gobierno junto a su familia.

Los hermanos  John-Henry y Jez Butterworth fueron los encargados de escribir el guión del film e hicieron posible que los diálogos no tengan términos difíciles de comprender y que las escenas sean atrapantes. Tanto la reconstrucción del contexto histórico en que trascurren los hechos como la gestión del presidente Bush, hacen que la película sea dinámica y creíble. Otro de los aspectos para destacar es la interpretación de los personajes a cargo del estadounidense Sean Penn (Joe Wilson) y la australiana Naomi Watts (Valerie Plane), quienes logran que los protagonistas sean reales y no fantasiosos.

El objetivo de Fair Game, que está basada en hechos reales, es revelar los misterios que hay que detrás de una persona que trabaja como espía. Asimismo, se dan a conocer los manejos políticos que esconden las jefaturas y cómo a través de los medios de comunicación se manipula la información. Es un thriller recomendable, que cautiva al espectador desde el principio hasta el final.


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